"Ese ciego que está sentado en el banco de un parque tomando el sol, cuando de repente aparece un perro y le mea en la pierna.
Entonces el ciego, alarga la mano hacia el perro, y empieza a acariciarlo, y un hombre que lo había visto todo, le dice al ciego:
-Pero oiga, ¿cómo acaricia al perro? ¡Si acaba de mearse en su pierna!...
Y el ciego contesta:
-Ya lo sé, pero es que para poder darle la patada, primero tengo que saber donde está el perro..."